Hubo
una noche en la que los senderos del barranco de Mascún se iluminaron como si de una procesión de nazarenos con sus velas se tratase.
Una
noche con reflejos del sol a pie de Coliseum y Gladiator.
Noche
en la que los guerreros se transformaron en gacelas que corrieron en vertical y
en las que las emociones se incrementaban favorecidas por la energía del fanático
público.
Noche
de frenesí, incertidumbre, innovación, amistad, humor, competitividad, amor,
festividad, nerviosismo, motivación y espectáculo!
Noche
mágica que se hizo día….
Gracias
Petzl
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